Habilidades sociales

Las interacciones personales son tan variadas que resulta difícil clasificarlas de forma definitiva, ya que dependen tanto de los actores sociales como de las normas y valores del entorno. Estas diferencias culturales influyen en las habilidades sociales, que se definen como las conductas que mejoran la efectividad para alcanzar objetivos, mantener relaciones saludables y preservar la autoestima. Estas habilidades no solo dependen del contexto, sino que también son clave para la convivencia.

Según V. Caballo, en su libro de 1989, las habilidades sociales se pueden definir como: «el conjunto de conductas emitidas por un individuo en un contexto interpersonal, que expresa sentimientos, actitudes, deseos, opiniones o derechos de ese individuo de un modo adecuado a la si­tuación, respetando esas conductas en los demás, y que generalmente resuelve los problemas inmediatos de la situación mientras minimiza la probabilidad de futuros problemas».

Así pues, las habilidades sociales implican expresar sentimientos, derechos y opiniones de manera adecuada y respetuosa. Estas conductas pueden ser observables, como gestos o palabras, o encubiertas, como pensamientos, que influyen en nuestras interacciones. Además, su práctica no solo resuelve problemas en el presente, sino que previene conflictos futuros al facilitar una comunicación más efectiva.

También, es importante distinguir entre habilidades generales, conocidas como "molares", que son amplias y abstractas, como la asertividad, y los componentes más específicos o "moleculares" de la comunicación, como el contacto ocular o el tono de voz, ambas categorías están conectadas y requieren un análisis conjunto para comprender completamente el comportamiento social. A medida que integramos estos elementos, podemos mejorar la comunicación interpersonal de forma más consciente y efectiva.

Finalmente, cabe mencionar que, aunque el estudio de las habilidades sociales se enfoca principalmente en las conductas observables, no se puede ignorar la influencia de los pensamientos y las respuestas fisiológicas. Controlar estos aspectos internos es fundamental para lograr una mejor comunicación, ya que permite una mayor autogestión y un impacto más positivo en las interacciones con los demás.

Tipos de habilidades sociales

Existe un gran número de habilidades sociales, pero a nivel general podemos distinguir dos tipos: las habilidades sociales básicas y las habilidades sociales complejas.

Habilidades básicas

Son aquellas que forman la base o el pilar de toda relación interpersonal. Destacamos las más importantes:

  • Escucha activa: oír no es lo mismo que escuchar. Solo cuando somos capaces de atender de forma activa, cercana y empática a quien tenemos en frente, damos forma a ese primer escalón de nuestras interacciones sociales.
  • Iniciar una conversación: por curioso que nos resulte, saber generar una correcta apertura en una conversación dice mucho de nosotros. Requiere soltura, dotes de cortesía, cercanía, positividad y habilidades comunicativas donde no parecer amenazante o inseguro, sino todo lo contrario.
  • Formular una pregunta: saber preguntar es saber reclamar y hacer uso también de una adecuada asertividad. Esta competencia social es de las primeras cosas que se enseñan a los niños en las aulas y las que más pueden ayudarnos en nuestro día a día, en casi cualquier contexto.
  • Dar las gracias: saber reconocer al otro es una dinámica básica en cualquier relación personal o profesional. Es civismo y es respeto.
  • Presentarse y presentar a otras personas: lo hacemos en nuestros contextos de amistad y de familia, pero también en el ámbito laboral o académico. Saber introducirnos o introducir a otros es una habilidad básica muy importante.
  • Concertar citas: la capacidad de situar un evento en el futuro con otras personas es una habilidad muy útil a la hora de manejar la vida cotidiana en relación con los demás. Desde pedir hora en el médico, hasta quedar con un cliente para cerrar una venta, son acciones necesarias y útiles.

 

Habilidades complejas

Hay que tener en cuenta que es necesario aprender las primeras para desarrollar el segundo tipo de habilidades sociales. Cada situación demandará unas u otras, dependiendo de las características y dificultad de las mismas.

  • Empatía e inteligencia emocional: estas competencias son esenciales en cualquier dinámica y circunstancia. Nutren de forma excepcional nuestras relaciones y que, sin duda, debemos saber practicar con efectividad.
  • Asertividad: en un mundo complejo como son las relaciones sociales, saber defendernos con respeto, hablar de nuestras necesidades, comunicar, escuchar y cuidar también los derechos ajenos, es una habilidad de gran valía.
  • Capacidad para definir un problema, negociar y evaluar soluciones: esta dimensión es algo que todos deberíamos practicar a diario y potenciar al máximo. De este modo, podríamos llegar a acuerdos con mayor facilidad, negociar y establecer metas donde ambas partes ganen.
  • Pedir ayuda: tomar consciencia de que no lo sabemos todo, de que necesitamos consejo, apoyo u otras dimensiones es un acto de madurez. Saber pedirla con efectividad es ejemplo de un buen dominio de las habilidades sociales.
  • Convencer a los demás: saber convencer, no es manipular. Es saber argumentar, conectar y llegar a un entendimiento donde hacer ver al otro que determinada conducta o acto le puede ser más beneficioso. Crear impacto y hacerlo con respeto es un arte que vale la pena aprender.
  • Autoafirmación: estar seguro de las propias decisiones y creencias, así como poder defenderlas y reclamar los propios derechos, son habilidades muy necesarias para la supervivencia en sociedad.

Cómo desarrollar tus habilidades sociales - Mundopsicologos.com.ar

El desarrollo de las habilidades sociales

Las habilidades sociales de una persona están influenciadas por su entorno y experiencias en la infancia. Durante esta etapa, las interacciones con la familia y las figuras significativas de apego desempeñan un papel fundamental en la formación de las habilidades sociales.

A lo largo de la infancia y adolescencia, las personas aprenden cómo interactuar con los demás, cómo expresar sus emociones de manera adecuada, cómo resolver conflictos y cómo establecer relaciones empáticas y respetuosas.

De esta forma, si desde pequeños aprendimos a sentir vergüenza, en lugar de una seguridad; enojo, en vez de comprensión o a ser egoísta, en vez de empático; es muy probable que en la adultez no contemos con las destrezas sociales necesarias para relacionarnos de forma asertiva.

Por lo tanto, la crianza y el ambiente familiar son claves en el desarrollo de estas habilidades. Las características de la afectividad, la comunicación familiar y estilos de educación parental inciden en la formación de distintas habilidades psicosociales en los niños. Como todo comportamiento, este puede aprenderse y potenciarse.

Habilidades Sociales | Centro Salud Alianza

Mejorar las habilidades sociales

A continuación te presentamos un video con consejos prácticos para que logres comunicarte de manera más efectiva: 


 Referencias

Van-Der, C. (2022) El libro de las habilidades de comunicación. Cómo mejorar la comunicación personal. Ediciones Díaz de Santos. España. 

https://blogs.uoc.edu/mel/es/comunicacion-efectiva-una-habilidad-esencial-para-fortalecer-tus-competencias/

 

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